¿Cuáles son las claves para mantenerse en forma y sano?

saludable

Estar sano es un concepto que ha evolucionado considerablemente. Nuestro estilo de vida, nuestras relaciones sociales y la influencia de nuestro entorno desempeñan un papel importante a la hora de mantenernos en forma.

La buena salud es "un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades".

Salud sostenible o influencia del medio ambiente en la salud

El actual concepto consensuado va más allá, con el concepto de "salud sostenible". La formulación actual es la siguiente: "La salud sostenible es un estado de completo bienestar físico, mental y social alcanzado y mantenido a lo largo de toda la vida gracias a unas condiciones de vida sanas, satisfactorias y gratificantes y al acceso a unos recursos adecuados y de calidad utilizados de forma responsable y eficiente".

En este sentido, la salud no sólo está relacionada con la calidad del medio ambiente en un momento dado. Mantenerse sano y en forma depende de las condiciones sociales, económicas y culturales que permiten a las personas vivir en un entorno beneficioso (y no sólo "no perjudicial") y participar en el mantenimiento de estas condiciones favorables en el futuro para sí mismas y sus descendientes.

El entorno es importante para mantenerse en forma

Para Hipócrates, en el siglo V a.C., la enfermedad ya era un proceso corporal bajo la influencia del aire, el agua y los lugares donde vivimos, combinada con nuestra dieta y estilo de vida.

Luego, en la historia de la medicina, la influencia del medio ambiente en la salud se ha olvidado a veces y se ha puesto en competencia con los mitos o las religiones. Pero el medio ambiente como determinante de nuestra salud vuelve ahora con fuerza con la epigenética.

La buena salud de las poblaciones depende en gran medida del medio ambiente en sentido amplio. Esto incluye también la noción de elección individual, al menos en parte, dentro de un marco general impuesto (exposición a contaminantes, condiciones de vida y de trabajo, acceso a la atención sanitaria preventiva, al ocio, a la cultura, etc.).

En los últimos años, numerosos estudios han demostrado el peligro de la contaminación, responsable de numerosas enfermedades que reducen enormemente la esperanza de vida. En 2017, la revista científica británica The Lancet publicó un informe que muestra que la contaminación del aire, pero también del agua y de los lugares de trabajo, causa 9 millones de muertes prematuras cada año, es decir, 16% de todas las muertes del mundo. Esto supone tres veces más muertes que el sida, la tuberculosis y la malaria juntos.

La influencia del entorno y el comportamiento en nuestra salud

Vivimos más, pero ¿estamos sanos y en forma? Se calcula que en Francia hay 20 millones de enfermos crónicos, es decir, que necesitan atención médica durante más de seis meses para vivir.

¿Por qué hay tantos enfermos crónicos? Porque, en los países más ricos, los avances médicos permiten que las personas cuya salud está gravemente deteriorada (enfermedades cardiovasculares, cánceres, hepatitis, diabetes, etc.) sigan viviendo, a veces durante décadas.

Gracias en parte a los avances médicos, la población vive ahora mucho más tiempo por término medio. Sin embargo, los efectos de la contaminación y los hábitos de vida nocivos (sedentarismo, tabaquismo, consumo de alcohol, exceso de comida, estrés) suelen traducirse en una mala salud, sobre todo en la segunda mitad de la vida.

La prevención, clave para mantenerse sano y en forma

Algunas personas han visto el genoma humano como un gran libro en el que todo está escrito, desde las enfermedades de unos hasta la longevidad de otros. La realidad es que hay más margen para la prevención.

Sólo 2% de nuestros genes dan instrucciones específicas a las células de nuestro cuerpo sobre cómo funcionar. Durante mucho tiempo, los otros 98% del genoma se descuidaron y se denominaron ADN basura porque no entendíamos su finalidad.

Ahora sabemos que este 98% forma el epigenoma, que es muy sensible al entorno y es capaz de modificar la expresión de nuestros genes. Es, por tanto, el director de la orquesta y se adapta a nuestro comportamiento, a la forma en que comemos, hacemos ejercicio y nos cuidamos. Esto demuestra la influencia del medio ambiente en la salud.

Heredamos nuestros genes de por vida, pero podemos cambiar nuestro epigenoma. ¡Esto significa que podemos prevenir las vulnerabilidades que heredamos de nuestros padres y construir una mejor salud durante toda nuestra vida!